domingo, 1 de diciembre de 2013

Andrea Rabuñal Collazo

Ayer mientras caminaba por la ciudad me encontré a un amigo de la infancia me costó reconocerlo, había crecido mucho pero su sonrisa no había cambiado. Pase al lado suya a ver si me veía y me saludaba él a mí, pero no logro verme así que quite la vergüenza y me aproxime a el mientras, iba pensando que decirle y si se acordaría de mi.
Estaba solo o eso parecía, le pregunto si Diego Vázquez se me queda mirando, mi corazón va muy rápido y de repente dice mi nombre, una gran sonrisa aparece en mi cara, recuerda mi nombre. Nos sentamos a hablar de cómo han cambiado nuestras vidas desde que nos separamos en sexto de primaria.

Hoy hemos quedado para cenar y aun no se que ponerme.

                                                                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario