Ayer mientras caminaba por la ciudad me encontré a un amigo
de la infancia me costó reconocerlo, había crecido mucho pero su sonrisa no
había cambiado. Pase al lado suya a ver si me veía y me saludaba él a mí, pero
no logro verme así que quite la vergüenza y me aproxime a el mientras, iba
pensando que decirle y si se acordaría de mi.
Estaba solo o eso parecía, le pregunto si Diego Vázquez se
me queda mirando, mi corazón va muy rápido y de repente dice mi nombre, una
gran sonrisa aparece en mi cara, recuerda mi nombre. Nos sentamos a hablar de
cómo han cambiado nuestras vidas desde que nos separamos en sexto de primaria.
Hoy hemos quedado para cenar y aun no se que ponerme.
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