Cuento de Navidad.
Se caracteriza por ser una obra corta de carácter realista-gótico, que fue escrita en 1843. La novela trata sobre la posibilidad de que las personas pueden cambiar sus actitudes en Navidad, frente a acontecimientos que los pueden hacer reflexionar.
La obra gira en torno al Señor Scrooge, mezquino comerciante que desprecia cualquier valor humano, recibiendo la visita del espectro de su difunto socio, Jacob Marley. El fantasma de Marley dice estar encadenado por las pesadas ataduras que se forjó en vida, por lo cual intenta prevenir de sus errores a su amigo, escapando así al destino nefasto que seguramente le aguarda cuando le llegue la muerte. La sombra del difunto Marley le advierte también de que aún tiene una oportunidad de enmendarse, pues prontamente recibirá la visita de tres fantasmas: el espectro de las Navidades pasadas, el de la Navidad presente, y finalmente el espíritu de las Navidades futuras. Ellos le mostrarán pasajes de su propia vida a fin de que se redima y encauce sus actos en un sentido más humano.
"Jamás le paraba nadie en la calle para decirle con alegre semblante: << Mi querido Scooger ¿Cómo está usted? ¿Cuándo vendrá a visitarme?>> Ninguno mendigo le pedía limosna, ningún niño le preguntaba la hora; ningún hombre o mujer le habían preguntado por una dirección ni una sola vez en su vida. Hasta los perros de los ciegos parecían conocerle; al verle acercase, arrastraban precipitadamente a sus dueños hasta los portales y los patios, y después daban al rabo, como diciendo: << ¡Es mejor no tener ojo que tener el mal de ojo, amo ciego!>>"
"Jamás le paraba nadie en la calle para decirle con alegre semblante: << Mi querido Scooger ¿Cómo está usted? ¿Cuándo vendrá a visitarme?>> Ninguno mendigo le pedía limosna, ningún niño le preguntaba la hora; ningún hombre o mujer le habían preguntado por una dirección ni una sola vez en su vida. Hasta los perros de los ciegos parecían conocerle; al verle acercase, arrastraban precipitadamente a sus dueños hasta los portales y los patios, y después daban al rabo, como diciendo: << ¡Es mejor no tener ojo que tener el mal de ojo, amo ciego!>>"